Chaves Nogales, el aventurero periodista andaluz perdido en la turbulencia de la Historia

Aquí en Andalucía somos muy dados al olvido. Cuando escarbamos en el pasado, encontramos auténticas joyas andaluzas, personas que pese a tener una vida de película, han caído en el olvido.

Además, si a esto sumamos que, por alguna extraña razón, en Andalucía siempre se antepone lo de fuera de nuestras fronteras a lo de dentro, con un inexplicable criterio de infravalorar la importancia de nuestros y nuestras protagonistas andaluzas, no causa sorpresa que figuras como la de Manuel Chaves Nogales no sean conocidas y mucho menos valoradas.

No os vamos a engañar. Nos incluimos entre esos ignorantes de una vida de aventura que se desarrolló en la turbulencia de la Historia de Andalucía, España y Europa.

Pero cuando te adentras, descubres una vida corta, pero intensa y apasionante.

Sabéis que en esta España, todo se sigue mirando con el filtro rojo o azul. Los dos cristales que tiñen toda la realidad que nos rodea. Por supuesto, también la realidad andaluza. Sin embargo, desde Avenate Andalú preferimos verlo con el filtro del cristal verde y blanco.

Chaves Nogales se puso en medio de todo esto. Y como periodista objetivo puso toda su vida en escribir sobre la turbulenta realidad que le tocó vivir: los acontecimientos vividos en la 2ª República, la Revolución en Rusia, el Golpe de Estado militar en España, la Guerra Civil, la extensión del fascismo por Europa, el estallido de la 2ªGuerra Mundial, la ocupación de Francia,…

Afirma el historiador Francisco Cánovas en un artículo del periódico ‘El Norte de Castilla’ que: “Los radicales de derecha e izquierda despreciaron a Chaves Nogales porque les dejó desnudos”.

De modo que hoy en día, ningún bando político debería adueñarse interesadamente, como siempre, de la vida y obra de un sevillano, de un andaluz, que con su máquina de escribir supo plasmar los excesos y errores de una realidad convulsa y violenta, donde los extremos y luchas de poder chocaban una y otra vez, provocando el sufrimiento atroz de la población civil.

Chaves Nogales en una de las redacciones que dirigió. Fotografía de El Correo de Andalucía.

Hijo de un escritor miembro de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras, Manuel Chaves Rey, y de una concertista de piano, Pilar Nogales, Manuel Jacinto José Domingo Chaves Nogales nace en el número 11 de la calle Dueñas de Sevilla, un 7 de agosto de 1897.

Tras la muerte de su padre en 1914, la familia pasa una delicada situación económica justo cuando Manuel se encontraba cursando estudios en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Sevilla. Comienza a colaborar en la prensa local y continua desarrollando la Crónica abreviada o Registro de sucesos de la ciudad de Sevilla de 1913 y 1914 que había comenzado su padre.

En 1915 ya es redactor en ‘El Liberal’, periódico donde también escribía su padre, y en 1920 dirige el periódico liberal sevillano ‘La Noche’. En ese mismo año, colabora con el periódico de ámbito nacional ‘El Sol’, con artículos sobre el movimiento obrero sevillano.

Será en este año cuando contrae matrimonio con Ana Pérez Ruiz.

Ana y Manuel.

Por estas fechas forma parte de una obra colectiva titulada ‘Quien no vio Sevilla…” , en la que también participan Alejandro Guichot, los hermanos Álvarez Quintero y Luis Montoto. Esta aportación servirá de base para su ensayo ‘La ciudad’.

Se traslada a Córdoba y trabaja como redactor en el nuevo diario ‘La Voz’, aunque sigue colaborando con el diario ‘El Sol’ de Madrid y retoma su colaboración con el también periódico madrileño, ‘El Liberal’.

Como tantas y tantos andaluces, en 1922 se instala en Madrid, con su mujer y la hija de ambos, Pilar. Escribe, para el Heraldo de Madrid, escritos sueltos y puntuales, como “De Andalucía: El cante hondo, serio y transcendente”.

Durante estos años desarrolla colaboraciones diversas en revistas como Mercurio, España y La Esfera, así  como publicaciones de cuentos y artículos varios.

En 1923, comienza la dictadura de Primo de Rivera, durante la que se impone la censura de prensa y escritura, aunque ésta última se retirará antes que la primera.

En 1924, Manuel Chaves Nogales ya es redactor en ‘El Heraldo de Madrid’, donde escribe el artículo “En defensa de la propiedad intelectual. Los eternos fraudes editoriales.”, donde critica la censura.

Tras años de publicaciones diversas, en 1927, para este mismo periódico, ‘El Heraldo de Madrid’, cubrirá desde Andalucía todos los actos derivados de la travesía realizada desde Palos de la Frontera hasta Buenos Aires, por el hidroavión Plus Ultra, pilotado por Ramón Franco, Julio Ruiz de Alda, Juan Manuel Durán y Pablo Rada. Será en Andalucía, en Palos de la Frontera, donde a su regreso, el rey Alfonso XIII los reciba con todos los honores en Huelva.

En referencia a estos acontecimientos, Chaves Nogales escribe varios artículos sobre la gesta conseguida por los aviadores y, curiosamente, en uno de ellos ‘Los héroes de un día y los héroes de veinte años’ (7 de abril) habla sobre los obreros que habían realizado la corta de Tablada en el río Guadalquivir en los años anteriores.

Chaves Nogales, al igual que otros intelectuales de su época, también se hizo masón, entrando a formar parte de la Logia “Dantón” de Madrid, perteneciente a la Gran Logia Regional del Centro, donde adoptó el nombre de “Larra”.

En febrero de 1928, alegando un homenaje a Blasco Ibáñez, se celebraron reuniones de republicanos en diversos lugares de Madrid, con la asistencia de Manuel Azaña, Nicolás Salmerón, Alejandro Lerroux y Manuel Chaves Nogales, entre otros.

En 1928 alterna la realización de artículos a personalidades de la época, como su entrevista al ministro francés Anatole de Monzie, con trabajos como su reportaje en el sur de Francia sobre la situación de los exiliados políticos y de los trabajadores españoles emigrados, si bien este último sería censurado.

Desde ‘El Heraldo de Madrid’, en el verano de 1928, le encargan que en diferentes viajes vaya cubriendo las noticias más destacadas de Europa, incluyendo también Rusia. Fruto de esos viajes por Francia, Alemania, Italia y Rusia, y para evitar la censura (todavía vigente para los periódicos, pero ya no para los libros), publica “La vuelta a Europa en avión. Un pequeño burgués en la Rusia roja”. En este libro, en una crónica dedicada a Mijail Kalinin, escribe:

“Esta farsa que los monarcas y los presidentes de todo el mundo quieren ensayar cuando se dirigen llanamente a sus súbditos más humildes para conquistarse un poco de popularidad es siempre una torpe bufonada. A través de las palabras amables del magnate se ve siempre un fondo insincero”.

Chaves Nogales en bicicleta, Fotografía de Diario de Sevilla.

En estas crónicas, derivadas de sus viajes por Europa, Manuel Chaves Nogales recoge como España no sabía manejarse en política internacional, que los políticos evitaban el diálogo como forma adulta de relación y que el país estaba aislado en su ‘casticismo’.

Tras cubrir el levantamiento militar contra Miguel Primo de Rivera, en 1929 será criticado duramente por otro periodista, Mariano Benlliure y Tuero, que lo acusó de esconder opiniones políticas y religiosas. Manuel contesta en un primer momento alegando que la suya era la actitud de unos informadores amenos y discretos. La polémica se extenderá en el tiempo hasta que finalmente Chaves Nogales zanja el asunto, acusándo a Mariano Benlliure de Quijote y sablista.

En este mismo año 1929, Manuel pasa a ser corresponsal en París de ‘El Heraldo de Madrid’, donde cubre una aventura amorosa de Aga Khan y Andrée Caron y, entre otros, la presencia española en la Exposición Internacional de Escultura de París.  Con este artículo acaba su colaboración con el periódico madrileño.

En 1930, publica en la revista ‘Estampa’ el artículo ‘Los Flamencos de París’. En Montmartre, sede del mundo flamenco emigrado a la capital parisina, informa sobre un bailarín flamenco al que conoce en el Cabaret Sevilla de París.

Bajo el título ‘El maestro Juan Martínez’ redacta varios reportajes novelados sobre las vivencias del bailarín flamenco, como protagonista ante la Revolución Rusa de 1917, y la posterior guerra civil que la sucedió.

Ese mismo año, Chaves Nogales cubre la visita de Alfonso XIII a Londres, también para la revista ‘Estampa’. Luis Montiel Balanzat, propietario de la revista ‘Estampa’ se desplaza a París y lo contrata como redactor jefe de su diario ‘Ahora’.

La revolución rusa provocó dos millones de exiliados, Chaves aprovecha su estancia en París para entrevistar a muchos de ellos y las recogerá en una serie de reportajes publicados a comienzos de 1931 en el diario ‘Ahora’ bajo el epígrafe ‘Lo que ha quedado del imperio de los zares’. Posteriormente serían recogidos en un libro con el mismo nombre, que llegaría a ser publicado incluso en Brasil bajo el nombre ‘As ruinas do Imperio ruso’.

Como redactor del diario ‘Ahora’, estrecha los lazos con personajes de la talla de Pío Baroja, Juan Belmonte y, su amigo, Manuel Azaña.

Cuando se proclama la Segunda República, el 14 de abril de 1931, el diario ‘Ahora’ que había tenido una trayectoria monárquica pasa a apoyar a la República, adoptando una postura centrada y moderada.

Chaves Nogales en Ifni. Fotografía de diario El Mundo.

Chaves Nogales entrevistará en ‘Ahora’ a personajes relevantes de esa Segunda República. Pasarán por su diario: Manuel Azaña, Largo Caballero, Alejandro Lerroux, Fernando de los Ríos, Marcelino Domingo, Niceto Alcalá-Zamora, Francesc Maciá.

Pero como periodista valedor de su profesión, Chaves Nogales, jefe de la redacción del diario ‘Ahora’ no se conformará con ‘codearse’ con las nuevas altas esferas de la recién estrenada República. Así, en 1931 se traslada a los campos de Sevilla, Córdoba y Cádiz para hablar con los jornaleros y conocer su situación. Realizó 4 reportajes publicados en el diario ‘Ahora’. En el primero de ellos recogía:

“Los elementos agrupados por el vínculo de propiedad de la tierra, aun sin formulárselo concretamente, colocan sus esperanzas en la Dictadura o en la Monarquía; los que se identifican con el proletariado, las sitúan en un difuso ideal comunistoide, comunismo libertario, anarcosindicalismo, radical socialismo revolucionario…”

Chaves Nogales aprecia claramente la polaridad que va surgiendo en la sociedad de su época, una Andalucía, una España que va dividiéndose en función de su posición social, en función de su clase, conformando dos bandos diferenciados…

En agosto de 1932 cubre el levantamiento fracasado contra la República que el general José Sanjurjo lleva a cabo en Sevilla. Cuatro crónicas cubren este evento, y la huida de los sublevados hasta Huelva para intentar pasar a Portugal, con su cambio posterior de trayecto de huida hasta Extremadura, siendo finalmente detenidos por el director general de Seguridad en Navalcarnero.

En su crónica ‘Pistoleritos flamencos y señores con rifle. El colapso de Sevilla’ (25 de octubre de 1932) recoge su visión de la capital andaluza, como una ciudad radicalmente monárquica, unida a lo que se hundía e incapaz de seguir el ritmo de los nuevos tiempos.

En 1932 se crea la Liga de Periodistas, de tendencia republicana, impulsada por los redactores de los periódicos madrileños El Liberal, El Heraldo de Madrid, La Libertad, El Sol, Luz y Ahora. Chaves Nogales participó en la redacción de sus estatutos.

Chaves Nogales. Fotografía Editorial Almuzara.

En 1933 viaja por Andalucía y Extremadura. ‘Ahora’ publica un artículo en portada (posiblemente de Chaves Nogales) donde se habla de las movilizaciones anarquistas en el pueblo sevillano de La Rinconada. El diario publicará dos crónicas de Chaves Nogales a principios de este año, ‘Los enemigos de la República’ donde comparaba a los campesinos andaluces y extremeños adeptos al comunismo libertario con los campesinos rusos alentados por los comisarios del pueblo comunistas, y ’10.000 comunistas’ donde afirma que no había ni un comunista auténtico en España, y mucho menos en Andalucía. Con otra crónica, ‘Todos, anarcosindicalistas’ recoge que el campesinado andaluz era anarquista.

En 1933 recorrió también Alemania e Italia, sumergiéndose en las profundidades de los regímenes fascistas europeos, visitando incluso los campos de concentración. Este acercamiento a la realidad fascista alcanzaría su zenit con la entrevista a Joseph Goebbels, ministro de propaganda de Hitler.

Chaves Nogales lo calificará como ridículo, grotesco, estrafalario y ‘azote de los judíos’. También empleará términos como duro, enconado e implacable, adjetivos también empleados por Manuel en sus artículos sobre Lenin y Robespierre.

Curiosamente, la entrevista llevaba el título ‘¿Habrá fascismo en España?’.

El diario ‘Ahora’ no publicó ningún artículo sobre la Italia fascista. En su libro ‘A sangre y fuego’, Chaves Nogales declara la razón:

“Cuando al regreso de Roma aseguraba que el fascismo no ha aumentado en un gramo la ración de pan del italiano, ni ha sabido acrecentar el acervo de sus valores morales, mi patrón no se mostraba tan satisfecho de mí, ni creía que yo fuese un buen periodista”.

El 23 de junio de 1933 el Ateneo de Sevilla organizó en la sede de la Sociedad Económica de Amigos del País de la ciudad una conferencia impartida por Chaves. Su título, ‘Cómo se acaba con una República. Del comunismo ruso al fascismo alemán’.

Realiza en este año también, una entrevista a Juan Belmonte que será publicada en la revista ‘Estampa’, con el título ‘Juan Belmone en medio de la revolución social’. En ella el torero sevillano argumenta que algunos estaban considerando parásitos a los propietarios de tierras adquiridas tras una vida de sacrificios.

Tras el desastre de Annual de 1921, había rumores de que habían hecho prisioneros españoles. Chaves viaja a Marruecos para investigar la situación. Enviará una crónica titulada ‘No hay prisioneros. La despiadada fantasía urdida alrededor de los desaparecidos en la catástrofe de Annual.’

En abril de 1934, la República ocupa Ifni. Chaves se desplaza en viaje de avión para cubrir la noticia para ‘Ahora’, y pese a que el avión sufre un accidente, llegan hasta el emplazamiento y cumple con su objetivo, con dos crónicas y abundantes fotografías.

En octubre de ese año cubre desde Asturias la Revolución de 1934. El diario ‘Ahora’ publica sus crónicas ‘La organización del ejército rojo en Asturias’, ‘Dos revoluciones en quince días desatadas sobre la región asturiana’, ‘Hay que poner las cosas en su punto’, ‘Lo que no debe quedar vivo bajo los escombros’, ‘El martirio de Oviedo bajo el imperio de la dinamita’ y ‘La liberación de Asturias contada por el general López Ochoa’.

Milicianos asturianos en 1934. Fotografía diario El Confidencial.

En 1935 cubre la Semana Santa en Sevilla con artículos como ‘Las cofradías y la República’o ‘Los que van debajo’.

En ese mismo año publica en la revista ‘Estampa’ la biografía novelada de Juan Belmonte con el título ‘Juan Belmonte, matador de toros; su vida y sus hazañas’, con entregas semanales, finalmente recopiladas en un libro. Sería el libro con más ediciones de Chaves Nogales, y que sería reeditado durante el franquismo.

El éxito del libro fue celebrado con un banquete en el que el propio Chaves Nogales reconoció que no era asiduo en las plazas de toros, pero que se había sentido atraído por la vida de este torero. En la celebración estuvieron José Ortega y Gasset, Azorín, Ramón Gómez de la Serna y Julio Camba.

Cerraba así un año en el que también, en un evento organizado por Luis Montoto en Sevilla, había coincidido con Federico García Lorca, Jorge Guillén, Joaquín Romero Murube, José María del Rey Caballero, Sánchez del Arco, Antonio Núñez de Herrera, Andrés Martínez de León, Antonio Otero y Fernando Risquet.

Juan Belmonte. Fotografía revista ‘Avance Taurino’.

En 1936 se desplaza a Cataluña para comprobar la repercusión que tenía la victoria del Frente Popular en las elecciones generales. Entrevistó a políticos catalanes como Carles Pi i Sunyer, Juan Moles, Luis Nicolau d’Olwer y Lluís Companys. Chaves Nogales publica un artículo llamado ‘Un conservador, un liberal, un marxista y un sindicalista’ donde recoge sus conversaciones con  el conservador Lluís Durán i Ventosa, el liberal Amadeu Hurtado, el marxita Rafael Vidiella y el anarcosindicalista Ángel Pestaña.

En mayo de ese año escribe su artículo ‘El Pobrecito Negus’ (al que seguirían dos más), sobre el emperador de Abisinia Haile Selassie (Imperio Etíope) recién derrocado por los italianos, con el que coincide al hospedarse en el mismo hotel de Gibraltar en el que éste lo hizo, en su retirada a Inglaterra.

Un par de meses antes del estallido de la Guerra Civil, Manuel cubre la Romería del Rocío de ese 1936, y escribe un reportaje por entregas que retrata la idiosincrasia del Pueblo Andaluz de aquellos tiempos: ‘Andalucia la Roja y la Blanca Paloma’.

Se produce el intento de Golpe de Estado para acabar con el gobierno de la República e instaurar una Dictadura, que derivó en la Guerra Civil española.

El 26 de julio un Consejo Obrero incauta la empresa del diario ‘Ahora’ y la revista ‘Estampa’. Manuel Chaves y Luis Montiel se encontraban en Londres recogiendo a sus hijas que estudiaban allí, y vuelven a Madrid.

Mientras que la Ana y las niñas, Pilar y Josefina, se refugiarán en Barcelona, en casa del fotógrafo Gonsanhi, Manuel manda a su hijo, Pablo, a Santander, a casa de Ángel de las Heras.

Chaves Nogales adopta una postura antifascista, publicando desde su periódico ‘Ahora’, pese a no ser un ‘revolucionario’. El 5 de agosto escribe un artículo para el diario ‘La Nación’ de Argentina titulado ‘Lo que pasa en España y lo que pasará’. En él muestra su convencimiento del triunfo de una República democrática, sin utopías anarquistas y sin revoluciones ni guerras.

Pero el traslado del Gobierno Repúblicano de Madrid a Valencia hizo que Manuel se trasladara a Francia, después de recoger a su mujer y a las niñas. Se instalarían en París, donde se reunirían con Pablo.

Las publicaciones continúan por parte de Manuel; en el diario argentino ‘La Nación’, en el periódico parisino ‘Candide’, en la revista cubana ‘Bohemia’, en la revista mexicana ‘Sucesos’.

Artículos de sobre la cruenta Guerra Civil: ‘Y a lo lejos una lucecita’, ‘La gesta de los caballistas’, ‘Le jeu de massacre’, ‘El Refugio’, ‘Hospital de Sangre’. Muchos de los artículos se recopilaron en el libro ‘A sangre y fuego. Héroes, bestias y mártires de España’, editado en Chile, Nueva York y Canada. Posteriormente llegaría hasta el Reino Unido e incluso a Nueva Zelanda.

En este libro, Manuel Chaves Nogales escribe un prólogo donde se desmarca de los odios radicales de ambos bandos.

Manuel Chaves Nogales en uno de sus múltiples viajes. Fotografía de diario El Mundo.

En 1937 se fundó en París el Comité Espagnol pour la Paix Civile et Religieuse, una organización similar a las que habían surgido en Inglaterra, Suiza, Francia y Argentina. En estos comités se integraban intelectuales que pedían una mediación internacional para poner fin a la guerra civil española.

En 1938, Manuel escribiría un artículo en el boletín de esta organización donde comentaba:

“…la victoria absoluta de uno de los dos partidos sobre el otro sólo representaría un beneficio positivo para los criminales del partido vencedor que aspiran a asegurarse, mediante la victoria, la impunidad de sus crímenes”.

Chaves Nogales firmó un manifiesto por la paz realizado por el Comité español en París, enviándolo a uno de sus miembros.

Recogió a su hermano de un campo de refugiados ubicado al sur de Francia y lo cobijó en su domicilio en París.

En Francia, Manuel canaliza la información de la Guerra fraticida de España, al ser muy demandada desde Europa e Hispanoamérica. Así empieza a trabajar en la agencia de noticias ‘Cooperation Press Service’ de Emery Revés, pero también colabora en el diario ‘El tiempo’ de Bogotá y continua su colaboración con el periódico brasileño ‘Folha’ de Maná y el ‘Jornal’ de Brasil.

En el periódico australiano ‘The Sidney Morney Herald’ publicará dos artículos: ‘Spain after the War’ y ‘Climax of Spanish War’, en julio de 1938 y enero de 1939 respectivamente.

En París, Manuel mantiene los vínculos con muchos de los emigrados españoles, en su mayoría intelectuales, escritores,…, pero también abre nuevos contactos con personajes de la propia Francia, como el actor y cantante Maurice Chevalier e incluso intenta elaborar una biografía de Charles Chaplin.

Pero el 3 de septiembre de 1939 Inglaterra y Francia declaran la guerra a Alemania. La guerra volvía a llamar a la puerta de Chaves Nogales. En sus escritos, un claro posicionamiento antifascista.

En junio de 1940, cuando los nazis se acercaban a París, Manuel decide marchar, primero a Tours, luego a Burdeos y luego a Inglaterra.

Atrás había dejado a su familia, con las concisas indicaciones de que destruyeran todos sus documentos periodísticos y la pequeña imprenta con la que salía ‘Sprint’, el diario que había puesto en marcha desde 1938 con ayuda de su propia familia y amigos.

Los alemanes entraron en París el 14 de junio de 1940. En julio llegaron a la casa de su familia dos gendarmes y dos miembros de la Gestapo, preguntanto por Manuel Durán (el pseudónimo que utilizaba Manuel Chaves Nogales para escribir contra Hitler). La familia había colocado una bandera de España y una foto de Franco para que la vieran los nazis.

Entrada de las tropas de Hitler en París. Fotografía diario El Mundo.

En el registro no encontraron nada y la familia pudo salir ilesa del encuentro.

En agosto, la familia tomó un tren con destino a España. Tras pasar la frontera los metieron en un campo de refugiados a las afueras de Irún. Ana estaba embarazada de la pequeña Juncal, los soldados del campo, al ver su estado la dejaron marchar a Irún para ser atendida y allí tuvo lugar el parto prematuro de la hija menor. Dos semanas después marcharon hacia Sevilla. José Chaves, hermano de Manuel, había llegado a un acuerdo con el alcalde de El Ronquilo para que la familia se estableciera allí en calidad de vigilados y sin salir del pueblo.

En 1941, se publica en Montevideo el libro de Chaves ‘La agonía de Francia’.

Ese mismo año, el propietario de la agencia de prensa Atlantic Pacific Press Agency, puso a Chaves Nogales como director de organización.  La agencia tenía su sede un piso por encima de la agencia Reuters. Manuel abrió sus puertas a refugiados españoles, como Carles Pi i Sunyer, Salvador de Madariaga, Esteban Salazar Chapela, Luis Cernuda, Luis Araquistáin y otros, para que sus artículos llegasen a la prensa iberoamericana.

Chaves se convierte en conexión entre el gobierno británico y diplomáticos hispanoamericanos, aprovechando su despacho de la agencia.

En 1942 publicó en el periódico ‘El Tiempo’ de Bogotá un reportaje sobre su encuentro en Belfast de tropas americanas acantonadas allí a la espera de intervenir.

Será en este mismo año cuando funde su propia agencia, la ‘Agencia Manuel Chaves Nogales’, con sede también en Fleet Street, desde la que suministraba artículos a los periódicos iberoamericanos.

Empezó también a trabajar como corresponsal en Londres para la agencia Reuters. En sus artículos previó una estrategia alemana para invadir Gibraltar desde España. Este plan existió realmente y se denominó Operación Félix.

Chaves Nogales posa con tropas del Reino Unido, revista Ctxt

También colaboró con la BBC, entre los años 1942 y 1944.

Pero sería en este último año, cuando Manuel fue intervenido de peritonitis en el Hospital Metropolitan Borough of Chelsea, muriendo a los 46 años de manera repentina tras salir de la operación, un 8 de mayo.

Según el certificado de defunción, falleció de dilatación aguda de estómago, peritonitis, yeyunostomía y sarcoma.

El Tribunal de Represión de la Masonería y el Comunismo le condenó el 16 de mayo de 1944, ocho días después de su muerte, a doce años de prisión y  a la inhabilitación perpetua para trabajar en la administración pública o en cargos de administración en el sector privado.

Aquí acabó la vida de un andaluz, monstruo del periodismo que pese a su buen hacer, en nuestros días es prácticamente desconocido para sus paisanas y paisanos andaluces.

Fuentes: Wikipedia / Web ‘Manuel Chaves Nogales’ propiedad de María Isabel Cintas Guillén (Catedrática de Lengua castellana y literatura y ha sido Jefa del Departamento de Lengua castellana y Literatura en el Instituto Bécquer, de Sevilla. Doctora en Filología Hispánica  por la Universidad de Sevilla)

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