¿Habrá algo más ‘español’ que un buen gazpacho?

Autor: Francisco José Cansino Diaz

Durante la emisión del pasado programa de ‘Tu cara me suena’ en la cadena privada Antena 3, el presentador, Manel Fuentes, en uno de los momentos de charla, hizo más o menos este comentario:
-¿Habrá algo más ‘español’ que un buen gazpacho?

Aunque metido en la dinámica de este simpático concurso de entretenimiento, mi mente no pudo evitar de nuevo replantearse cómo lo ‘andaluz’, a diferencia de lo ‘catalán’, de lo ‘vasco’ o de lo ‘gallego’, por ejemplo, se absorbe con total ‘tranquilidad’ bajo la denominación de ‘español’, no ocurriendo lo mismo con los rasgos indentitarios o culturales de estas otras autonomías.

España, las campañas publicitarias y propagandísticas del Estado español, usan sin reparo lo ‘andaluz’ para mostrarse al mundo como la esencia de lo ‘español’.

Ese españolisimo que tan respetuoso es con la claridad en la denominación de las  tradiciones, costumbres y culturas de otras nacionalidades históricas, no duda, sin embargo, en ‘apropiarse’ de lo ‘andaluz’ obviando el origen de nuestro flamenco, de nuestra copla, de nuestra gastronomía, de nuestros caballos, de nuestras fiestas, de nuestros bailes, etc.

Resulta curioso cuando se dice que el gazpacho, como el flamenco, por ejemplo es un rasgo identitario ‘español’. Debe ser que el primero es un plato típico de la ciudad de la Cibeles o de la ciudad de las Ramblas. O más allá, quizás el mejor gazpacho se sirve en los mejores restaurantes de Bilbao.

Ya hemos visto que determinados políticos han vendido la imagen de que una ciudad como Madrid es cuna del Flamenco. Y se quedan tan ‘panchos’. Claro nuestro gobernantes autonómicos se callan, como son del mismo PP. Nada que decir, nada que opinar.

Hace unas semanas, la vicepresidenta del gobierno, manifestó, aunque luego se apresuró en desmentir, que Andalucía no es Europa. Probablemente esta vicepresidenta, ministra de trabajo, se refería a las cifras de paro de nuestra autonomía, y a las condiciones laborales y de renta familiar de nuestra tierra. Curioso que hiciera estas afirmaciones precisamente ella, que desde su cargo debería haber favorecido revertir esta situación, promoviendo más inversión en Andalucía. Si mal no recuerdo, ella en la campaña electoral vino a nuestra tierra (de las pocas veces que lo ha hecho, pese a los graves conflictos laborales que han acontecido en nuestra Andalucía) a pedir una financiación justa, porque Valencia y Andalucía eran las autonomías peor financiadas. Y aquí estamos, sin arreglo alguno a los problemas que se saben que tenemos.

Si Andalucía no es Europa, ¿por qué España presume de lo andaluz como español cada vez que se vende internacionalmente?

Y si tanto se identifica España con Andalucía, usando sus mejores galas para promocionar ese ‘españolismo’ interesado, ¿por qué no se devuelve proporcionalmente a Andalucía ese ‘cariño’ entrecomillado en forma de inversiones, poder, capacidad participativa en decisiones de índole estatal y en financiación?

Está muy claro. Andalucía es la ‘cenicienta’ del partido centralista de turno. Muy mona ella, pero sólo se la viste de gala cuando se busca cautivar a algún príncipe o presidente de turno, pero luego…de nuevo a las salas del servicio, donde apenas se escucha su voz.

Polémica actuación de la tanqueta policial en Cádiz, ciudad cuna de la Libertad en el Estado español. Yolanda Díaz pidió explicaciones, pero como Ministra de Trabajo no vino a Andalucía. Fotografía del diario El Plural.

¿Y quién tiene la culpa de todo esto?

El andaluz. Bueno, no usemos el masculino marcado por el castellano para generalizar, demos a cada uno la parte de culpa que tiene.

El andaluz y la andaluza.

Analicemos por partes. El andaluz y la andaluza de a pie tienen su culpa porque nunca han creído en un proyecto de Partido Andaluz, sea de izquierdas, de derechas, de arriba o de abajo. El Poder Político que pudo reunir el extinto Partido Andalucista, con sus luces y sombras, se diluyó como un azucarillo.

Un PA criticado, vilipendiado, humillado y desmantelado. Nunca hubo una caja B del PA con ordenadores destruidos de por medio. Nunca hubo una sede del PA construida con dinero B. Nunca hubo un caso ‘Avalos’ del PA, ni un caso de EREs. Sí es verdad que hubo un caso ‘Pacheco’ y el alcalde de Jerez pagó con creces lo que otros muchos han evitado, sin pisar ni tan siquiera la cárcel.

Caso de la Caja B del PP, así como la financiación irregular de las obras de su Sede en la calle Génova de Madrid.

Andalucía dejó caer al único partido que tenía su sede en la propia Andalucía.

Mientras, otros desmontaron holdings empresariales de titularidad andaluza (veáse Rumasa), mientras que en la lejanía la familia Pujol creaba su tela de araña, mientras de las cenizas de esos holdings andaluces, crecían monstruos bancarios como la Caixa, para comprar la banca andaluza, aquella que fue incapaz de fusionarse para construir un proyecto económico andaluz competitivo y potente.

Fotografía diario ‘Somatemps’.

Así, durante años, las operaciones bancarias de la Junta de Andalucía pasaba a través de la Caja de San Fernando, de manos andaluzas a manos catalanas, centralizadas en esa Caixa, que dejaba de ser una Caja para convertirse en uno de los bancos más poderosos del Estado español.

Tras la caída del PA, la sucesión de favores a catalanes y vascos, esos que dan tanto coraje a los andaluces, no han parado de sucederse en el tiempo. Pero no os equivoquéis, ellos piden, pero se les da en Madrid. Los favores se conceden desde Madrid, donde gobiernan los partidos votados por los andaluces y las andaluzas. No olvidéis que nuestro voto es muy importante. Somos la autonomías con más peso en las instituciones, pero al mismo tiempo las peor representada para conseguir las soluciones a nuestros problemas.

Andalucía ha crecido en todos estos años de transición. Ha crecido en muchos aspectos. Hemos mejorado mucho. Seguimos siendo los últimos en todo. Y lo más decepcionante es que nuestro Andalucismo, el real, el que puso encima de la mesa la bandera verde y blanca y la figura del asesinado Blas Infante, ha ido a menos, haciendo que nos vendamos como Pueblo a aquel que nos embauca los oídos con regalías y falsas promesas, sea del PSOE, del PP, de IU, de VOX,…

¿Acaso no merece Andalucía, la Autonomía más poblada de España tener un Poder Político Propio? ¿Por qué siempre tenemos que ir a remolque? ¿Por qué nos gusta ir a remolque?

Cuando miro atrás. Cuando miro la generación de mis padres, la que vivió la Transición, veo una generación que se tiró a la calle en innumerables ocasiones para pedir ‘Libertad y Democracia’, con un sueño, el Sueño Andaluz.

Manifestación 4 de Diciembre. Fotografía diario El Salto

¿Dónde ha quedado ese sueño?

¿Ha sido secuestrado por una sociedad consumista donde sólo importa tener más que el de enfrente o vivir para unas buenas vacaciones? ¿Fue silenciado por los PER o quizás embaucado por las promesas de un turismo dirigido desde fuera de Andalucía y que se nos vende como el principal valedor de nuestra economía?

Pues después de todo esto, de este breve análisis,… sólo decir que el gazpacho, según las diversas fuentes, es andaluz, que el Flamenco, pese a quien pese, es andaluz, que el caballo es conocido en todo el mundo como Caballo Andaluz (Andalusian Horse) aunque en España se empeñen en llamarlo Caballo de Raza Española, que nuestras fiestas son andaluzas, y que el sueño, ¡Ay, amiga y amigo mío!, el sueño siempre será el Sueño Andaluz, aunque tú hayas dejado de creer en él hace ya demasiado tiempo.

¡Viva Andalucía Libre!

Deja un comentario