Autor: Joaquín Francisco Castillo Eslava
Andalucista: Buenas, ¡qué tal compañero! ¿cómo te va la vida?
Blas Infante: Buenas compañero, pues ahí vamos intentando lograr la soberanía en distintos pueblos.
A: ¡qué bien! ¿lo has conseguido en algún territorio?
BI: Sinceramente, no. No obstante, voy dejando la semilla para que su gente sea la protagonista de esa ansiada victoria de su soberanía. Por cierto, ¿qué tal Andalucía?
A: Pues, francamente, desde que te fuiste no ha cambiado mucho la situación socioeconómica puesto que seguimos con ser el lugar con mayor desempleo de Europa; la concentración de la riqueza sigue su curso; no tenemos nada propio con respecto a la cesta de la compra; los jóvenes sigue emigrando; e, incluso, ahora gobiernan los “herederos” de aquellos que te perseguían.
BI: ¿En serio? Por tanto, los “dolores” de Andalucía siguen vigente hoy en día.
A: Me temo que sí. Es cierto que en términos absolutos hemos mejorado ya que tenemos mejores carreteras, hospitales y colegios, entre otros. Pero en asuntos cómo un inadecuado acceso del mercado laboral donde la gente no puede satisfacer sus necesidades; y la dependencia del centralismo para nuestro “desarrollo”, siguen intactos.
BI: Vaya. Por cierto, ¿Cómo sigue la realidad del campo? ¿existió reforma agraria?
A: No. No, hubo una expropiación de los latifundios. Los jornaleros y jornaleras viven de la misma manera; es decir, trabajan a destajo y no reciben los excedentes económicos merecidos ya que hay una red distribuidora que acumula gran parte de las ganancias. Es más, cuando hay determinados trabajos en el campo que no lo queremos realizar, los andaluces y andaluzas, debido a sus lamentables condiciones laborales contratan a inmigrantes (mayoritariamente, de áfrica). Eso si, pagándoles una miseria y hacinándolos en penurias medios de vida.
BI: Me sorprende, qué después de un siglo se mantenga esa misma realidad. Pero, el sector agropecuario sigue siendo importante en la economía andaluza.
A: Vamos a ver te resumo. La agricultura sigue siendo notorio en nuestra socioeconomía tanto a nivel cuantitativo (número de trabajadores) como cualitativo (estilo de vida en el campo). No obstante, su incidencia es menor porque lo van ocupando otros sectores económicos.
BI: Bueno, eso en mi época iba pasando ya que se empezó a vislumbrar el sector industrial. En este sentido, Andalucía se habrá convertido un territorio bastante industrializado puesto que tienen recursos para ello.
A: Siento decepcionarte.
BI: ¡qué dices! ¡cuéntame!
A: A ver, hay espacios industriales, pero poco significativo para la población que posee Andalucía. Además, como todas las decisiones dependen de Madrid pues te imaginarás quién se reparte las mejores instalaciones industriales.
BI: Déjame pensar, ¿Madrid, Catalunya y País Vasco?
A: Exacto
BI: Entonces, ¿de qué más vive Andalucía?
A: Es un poco largo, pero en la época de la Dictadura…
BI: ¿Dictadura?
A: Si si, ¿no te acuerdas?
BI: Es cierto, yo me fui a principios del golpe militar que inicio la Guerra Civil Española donde me detuvieron y….
A: Mejor sigo contándote
BI: Si si casi mejor
A: Bueno, ganaron los franquistas y estuvimos cuarenta años de Dictadura. En ese tiempo apareció el turismo como motor de desarrollo en el Estado español. Asimismo, Andalucía se montó en ese tren, convirtiéndose en uno de los sectores económicos más importante de nuestra tierra.
BI: Y, ¿ese sector no responde con las necesidades laborales de nuestro pueblo?
A: Generalmente, no
BI: ¿por qué?
A: El turismo es un sector, a groso modo, que contiene un convenio colectivo de salarios precarios, jornada laborales interminables, y donde la piratería de horas trabajadas y cotización a la seguridad social esta al orden del día. Es más, el sector turístico tiene denominadores comunes con la agricultura.
BI: ¿cómo?
A: Si. Fíjate que son tan parecidas que, Actualmente en Cádiz, pretenden contratar a personas fuera de nuestro territorio (mayoritariamente, de África) en condiciones socioeconómicas paupérrimas ya que la gente andaluza no está dispuesta a trabajar con contratos precarios; es decir, igual que ocurre con la agricultura. Por tanto, la diferencia reside en que unos llevan sombreros de pajas y otros bandejas.
BI: Y , ¿esa es la realidad laboral andaluza?
A: Así es. En una gran mayoría, si quieres unas condiciones adecuadas opositas; o si tienes suerte eres un asalariado con condiciones aceptables; o te conviertes en autónomo y ya veremos si llegas a fin de mes después de pagar una batería de elementos fiscales; y, por último, te queda en el turismo o agricultura. Bueno, se me olvidaba, existe una última opción.
BI: ¿Cuál es?
A: Pues, cómo en tu época: ¡EMIGRAR!. Aunque ahora es distinto puesto que ya no tiene que pillarte un autobús donde tardabas tres días en llegar Alemania, Francia o Inglaterra. Ahora, gracias a la globalización, ésta te permite adquirir un vuelo de avión low-cost y en dos horas están en los destinos antes mencionados.
BI: ¿globalización?
A: UFFF, compañero es un concepto demasiado largo para explicártelo con pocas palabras. No obstante, lo voy a intentar. Resumiendo, la globalización es el acceso a todo lo que te puedas imaginar de bienes y servicios menos a lo más importante.
BI: ¿qué es lo más importante?
A: tu propia vida
BI: No, entiendo
A: A ver, la globalización te permite adquirir todos los productos y servicios fabricados en cualquier parte del mundo. Sin embargo, debido a una serie de herramientas fomentadas por la globalización como la liberalización económicas, la desregulación financiera y la deslocalización productiva, optar a un trabajo digno en tu tierra sea misión imposible. De ahí, la emigración y no poder gestionar la vida como desees.
BI: Ahora, lo entiendo. Bueno, y políticamente, cómo has señalado, Franco estuvo 40 años en el poder y después, ¿quién le sucedió? ¿se mantuvo la Dictadura?
A: No, no.
BI: ¡qué bien!, entonces se estableció ¡la 3º República!
A: Tampoco. Lamento decepcionarte. Se impuso una Monarquía Parlamentaria
BI: ¿un Rey? Y, ¡qué tal!
A: Bueno, ahí anda con líos de hacienda, mujeres y viviendo en países con regímenes autoritarios.
BI: vamos, lo de toda la vida
A: Así es, más o menos, cosas de borbones.
BI: Bueno, compañero y el andalucismo, ¿qué tal anda? ¿Andalucía es al fin soberana? Se propagaron mis ideas que propuse con mi obra: “Ideal Andaluz”
A: Básicamente, no. Te comento: Desde que se estableció la Monarquía, Andalucía ha vivido bajo un centralismo que, simplemente, sigue las directrices que les marcan desde Madrid. Por un lado, hubo un momento que se logró cierta representación en el Congreso de los Diputados con un partido político andalucista pero, pasado el tiempo, su ideología se fue neoliberalizando hasta desaparecer y así tener que disolverse. Por otro lado, nos vendieron un estatuto autonómico andaluz donde gobernó el partido socialista durante casi cuatro décadas; y fue tan afín al capital que finalmente acabo dejando San Telmo para que se incorporasen los herederos del franquismo; que son los que gobiernan hoy.
BI: Entonces, hoy gobierna Andalucía aquellos que me persiguieron.
A: Exacto
BI: Por cierto, ¿encontraron mis restos?
A: no, ni los de Federico García Lorca, al igual que otros que perecieron por pensar diferente.
BI: ¿por qué?
A: ponen trabas a la Ley de Memoria Historia. Sin embargo, es curioso que los que gobiernan hoy Andalucía van con sus banderas andaluzas allá en cualquier acto institucional cuando siempre rehusaron de ella en favor de la rojigualda.
BI: vaya cuanto menos curioso, ¿no?
A: bueno es un caballo de troya en toda regla; es decir, utilizan símbolos andalucistas para que penetren políticas de privatizaciones en todas las esferas socioeconómicas (educación, sanidad, servicios sociales, entre otros).
BI: Entonces, ¿qué queda del andalucismo?
A: difícil respuesta compañero. Hoy preguntas que es el andalucismo y te responden, en líneas generales, desde un terreno, quizás, superficial encapsulándose en ámbitos académicos, intelectuales o artísticos. No obstante, para mi el andalucismo es denuncia, alternativa y nación.
BI: ¡Explícate!
A: es un camino de inquietudes que busca la soberanía de Andalucía. Para ello, es un requisito indispensable, denunciar quién nos ha llevado a esta fragante desigualdad; construir una alternativa socioeconómica que nos permite la soberanía; y defenderla como nación para que nos respeten nuestro acento, expresiones y manera de vivir la vida.
BI: dos preguntas: la primera, ¿cómo definirías la soberanía?; y, ¿no consideran Andalucía cómo una nación?
A: La soberanía es recuperar y gestionar los elementos que configuran la “cesta de la compra” como los alimentos; vivienda; energía; y servicios financieros, entre otros, para que las familias andaluzas lleguen a fin de mes. Y, todavía, y muy a mi pesar, hay una resistencia en defender Andalucía como una nación.
BI: Y, ¡esa resistencia!
A: Existe muchos factores. No obstante, no se ha creado una conciencia andaluza desde, por ejemplo, la educación. Por tanto, es complejo así generar un sentir andaluz. Si a eso le suma que la Autonomía ha sido y es una estafa ya que seguimos arrodillamos a las pautas que nos marquen desde Madrid…
BI: Bueno, ¿no existen grupos políticos que defiendan Andalucía como nación?
A: compañero, también es una respuesta difícil de responder. Existen grupos de “izquierda” que reconocen la necesidad de un cambio en Andalucía pero que bien o son centralistas o internacionalistas que se muestran ambiguo en asumir la defensa de Andalucía como nación. Y otros, que, consideramos, de manera incuestionable, que para lograr la victoria de la soberanía andaluza es imprescindible enfrentarnos al mundo bajo la bandera de una Andalucía como nación.
BI: Y existe algo más internacionalista que expresar: “mi nacionalismo, antes que andaluz, es humano”.
A: lo se compañero. No obstante….
BI: ¿hay esperanza?
A: claro que la hay, ya lo dijiste: “muere un hombre, pero no muere una idea”
BI: bueno me tengo que ir despidiendo, tengo que seguir combatiendo contra la tiranía del capital y seguir concienciando la necesidad de la soberanía de los pueblos.
A: un segundo compañero…
BI: dime
A: ahora que se celebra en Andalucía, específicamente en Cádiz, el IX Congreso Internacional de la Lengua Española, te apetece lanzar una última frase haciéndole un homenaje a nuestra lengua.
BI: por supuesto:¡viva Andalucía libre!
A: NO NI NA
X la revolución de los desigual3s…