Andalucía concentra casi un 83% de su población en apenas un 36% de su territorio. Las zonas rurales de nuestra autonomía, que ocuparían ese otro 64% del territorio, alojan en su seno a algo más de un 17% de nuestra población, todo esto según datos de la Junta de Andalucía.
Si dejamos los tantos por cientos y analizamos el número de personas, Andalucía cuenta con unos 8.600.224 habitantes, de modo que nuestras zonas de concentración de población, zonas urbanas (centros urbanos y agrupaciones urbanas) acogen en torno a 7.138.185 andaluzas y andaluces.
Las zonas rurales, por su parte, cuentan con una población de 1.462.038 personas, donde la población andaluza cada vez envejece más y cuenta con un menor número de mujeres. La compensación viene por las personas que desde el extranjero acuden a estas poblaciones para establecer su residencia, si bien, en muchos casos, también son personas mayores ya jubiladas.
¿Por qué se produce esta desigualdad? Una desigualdad que provoca la diferencia abismal entre el número de personas por Km cuadrado en las zonas urbanas, con 226 habitantes/km2, y el dato de las zonas rurales, con 26 habitantes/Km2.
La respuesta es clara. Esta situación se debe a la falta de inversiones, de oportunidades, de políticas que mejoren la distribución de la riqueza en el territorio andaluz.
En los últimos años hemos escuchado continuamente la cantinela de la ‘lucha contra la despoblación’, pero con la misma parsimonia que se afronta la actuación contra el ‘cambio climático’ o contra la sequía, asistimos a posturas carentes de ideas e iniciativas desde las administraciones, que impiden desarrollar la articulación del Pueblo Andaluz.
Verdaderamente es lastimoso presenciar como la despoblación de muchos de nuestros municipios continua año tras año. Y mientras, sus pobladores no paran de demandar soluciones: inversión en transportes, vías de comunicación, creación de fuentes de empleo que retengan en la zona a la población más joven, para que no tenga que buscar su oportunidad en las concentraciones urbanas.
Estamos presenciando actualmente lo que está pasando en zonas del norte de Córdoba, aunque también en municipios de Almería, con la suma del problema de la sequía y el ‘caos’ en la falta de previsión en la realización de mejoras en las infraestructuras hídricas.
Camino ya de los 10 meses sin agua potable en los grifos en las comarcas del norte cordobés. 80.000 personas afectadas. ¿Se lucha así contra la despoblación o se acentúa el problema?
Jaén sufre una continua despoblación en su provincia, con una casi permanente revisión a la baja de la población en sus 97 municipios, de los cuales, 53 se encuentran en riesgo extremo con menos de 3.000 habitantes y descontando, año tras año.
La Administración ofrece un incremento de 400€ para la deducción por nacimiento, adopción o acogimiento familiar de menores en estos municipios jienenses de riesgo extremo. ¿Alguien nos podría explicar qué se hace hoy con 400€? Sin duda no parece ser una solución adecuada.
El mundo rural andaluz se muere, se despuebla, se queda solo…
En una Andalucía (87.597 km2 de superficie) casi tan grande como Portugal (92.152 km2 de superficie), la falta de vertebración se convierte en un ‘jaque’ de una partida que bien podría acabar en ‘jaque mate’ para muchas de nuestras poblaciones.
No todo pueden ser carreteras, que también son necesarias y que inexplicablemente sufren años de demoras en la finalización de sus proyectos respecto a las fechas previstas, pero como fundamental se antoja, en paralelo a la construcción de éstas, la comunicación con un tren moderno y con horarios adecuados y puntuales.
De ello podríamos hablar largo y tendido con Antonio Fco. Martínez y las amigas y amigos del Ferrocarril de Baza en Granada, con las paisanas y paisanos de Almería o de Jaén (estos últimos se han manifestado recientemente para reclamar un tren digno), con las personas que demandan los cercanías en las distintas provincias, con Isabel López y las amigas y amigos de la Plataforma Un Siglo Sin Tren que demandan un tren de calidad para la mejora del Puerto de Algeciras y el desarrollo del Campo de Gibraltar, y un largo etcétera.
Andalucía necesita en sus zonas rurales una red adecuada de telecomunicaciones que permita el florecimiento de nuevos tejidos productivos en esas comarcas, políticas fiscales adecuadas para favorecer la inversión en dichos territorios, así como planes industriales, tecnológicos y de formación.
Los territorios rurales precisan urgentemente de una inversión importante en la red eléctrica, pues muchas veces estos municipios se convierten en puntos negros, que por carecer de un suministro eléctrico adecuado, espantan oportunidades de inversiones.
Necesitan apoyos de la Administración para que sus negocios se consoliden, atrayendo las visitas desde otras poblaciones (para lo que hacen falta los medios e infraestructuras ya comentados) y favoreciendo los establecimientos de nuevos pobladores.
Las zonas rurales no pueden volver la espalda a la agricultura, fuente de su ser, pero necesitan potenciar otros medios productivos. Ese crecimiento debe venir incentivado desde la propia Junta de Andalucía en colaboración con las Diputaciones y Ayuntamientos.
No se puede vivir en una zona que carece de servicios básicos. La Andalucía Rural necesita que se complete una red de suministro hídrica adecuada, necesita una red de escuelas e institutos públicos competitiva, necesita unos servicios médicos que hoy por hoy no tiene. Lo hemos visto con las protestas, entre otras muchas en nuestro territorio, de los representantes de la comarca de la Sierra Sur sevillana, que se hicieron escuchar en el Parlamento Andaluz en el pasado 2023.
Por todo lo expuesto, si Andalucía no cuida sus zonas rurales y las dota de una diversificación de medios y recursos de los que en la actualidad carecen, el desequilibrio seguirá creciendo y la despoblación campará a sus anchas, constatando un auténtico ‘crimen’ contra el legado cultural e histórico de todos esos municipios y poblaciones andaluzas.
Sin duda hay que tomar decisiones claves ya, sin más dilación.
Fuentes: Cadena Ser, César García. Foto de Portada: Albánchez de Mágina, municipio de Jaén.