¿Dónde ha quedado la libertad del profesional del periodismo? En una era donde la comunicación lo es todo, que triste ver que la información se condiciona de una manera tan descarada y burda.
La operación constante del bombardeo selectivo de mensajes, de rostros, de ideas se asemeja al golpeteo del martillo sobre el yunque para dar forma, para sesgar pensamientos, para evitar mentes abiertas, para reconducir a las personas…
Detrás de los grandes medios privados, grandes grupos empresariales con intereses políticos claros y también con una definida línea editorial que condiciona a sus profesionales, buenos o malos, pero condicionados al fin y al cabo.

Declaraba Iñaki Gabilondo, buen profesional hecho en Radio Sevilla, emisora ahora en manos del Grupo Prisa:
“El periodismo es una profesión para aquellos a los que le interesa lo que le pasa a la gente”.
Pero, ¿qué ocurre cuando quién genera y distribuye esa información está condicionado por el ente al que no le interesa lo que le pasa a la gente, sino que esa misma gente siga las pautas que recibe sistemáticamente precisamente en esa línea comunicativa?
Cuando en Andalucía nos ponemos a revisar las cadenas de radio, de televisión, las editoriales de libros de texto que no pertenecen a ningún gran grupo privado nos sorprendemos de la casi completa ausencia de medios independientes.
Efectivamente, en una época donde la comunicación lo es todo, quien domina la comunicación, tiene el poder. El poder de condicionar la vida de las personas influyendo sobre sus decisiones y acciones.

Pero también está en las personas, en los lectores, en los oyentes, en los televidentes, saber contrastar diferentes fuentes y comparando, llegar a conclusiones sobre la realidad que en la mayoría de las veces nos llega tergiversada y manipulada a gusto del emisor.
El hecho en sí de la subjetividad del periodista no es mala, el problema es cuando su propia subjetividad viene marcada de antemano por grupos empresariales que deciden lo que debe ser subjetivo y lo que no, dónde sí se puede entrar y dónde está prohibido.
Hace algo más de un año, pudimos asistir a una conferencia organizada por la plataforma ‘Andalucía Viva’ donde Manuel Chaparro Escudero, catedrático de periodismo en la Universidad de Málaga, nos ilustraba sobre la necesidad de emisoras independientes, y como las licencias liberadas por la Junta de Andalucía en su momento habían ido cayendo sistemáticamente en manos de los grandes medios de información.
Era increible ver como sólo unas cuantas licencias de emisoras locales, quedaban fuera del voraz apetito de los grandes medios de comunicación.
Así nos contaba con gran ilusión cómo había venido participando en poner en marcha ‘Onda Local Andalucía’, proyecto del que fue fundador y director durante 36 años , un proyecto al que paulatinamente se han ido sumando todo un conglomerado de pequeñas emisoras locales municipales andaluzas. Sin duda un proyecto muy interesante por su libertad de acción.
Pero claro, todo evoluciona. Hoy podemos entrar en su web, y vemos el anuncio de que el proyecto se encuentra ‘financiado’ por la Consejería de la Presidencia, Interior, Diálogo Social y Simplificación Administrativa de la Junta de Andalucía, nada más y nada menos.
¿Significa eso que ha perdido la libertad de la que hasta no hace mucho hacía gala?
Confiamos en que el proyecto con el que nos ilusionó Manuel, siga tan libre como el primer día en cuanto a eso precisamente, disposición de criterio propio y mucha ‘Libertad’ para mostrar los problemas de nuestra sociedad andaluza.

Pasemos al análisis de la Radio Televisión de Andalucía. Las mujeres y hombres del PP que hoy en día componen el actual gobierno, además de muchos integrantes de su partido, criticaron duramente el secuestro de los medios públicos andaluces durante los casi cuarenta años de mandato del PSOE.
Hoy en día, ¿hemos asistido quizás a una mejora en este sentido, con un Canal Sur más plural, donde tengan cabida todos los puntos de vista y para que desde el diálogo y el debate se expongan ideas diferentes y puntos en común?
No. En absoluto. La Radio Televisión de Andalucía no es tal. Ha pasado de ser el gran altavoz del PSOE a ser exactamente lo mismo del PP. Un ‘quítate tú que me pongo yo’. Resulta francamente penoso ver como la riqueza de un medio de comunicación común a las andaluzas y andaluces se vuelve completamente monocolor, o rojo o azul, pero cada vez, desgraciadamente, menos verde y blanco.

Y, sin embargo, dentro de las diferencias políticas, en el ‘maremágnum’ de las luchas por el poder, una nota común en ambas etapas; nos saltamos la parte de la letra de nuestro himno que dice ‘Sean por Andalucía Libre’ y nos quedamos con la parte que dice ‘España’.
¿Qué significa esto? ¿acaso un medio de comunicación público como la Radio Televisión Andaluza debe promulgar un nuevo ‘nacionalismo’ dentro del Estado español, promulgar un ‘independentismo’ andaluz?
Veamos que dice nuestro Estatuto al respecto.

Según su ‘Artículo 211.-Medios de comunicación públicos’, se indica:
“1.-Los medios de comunicación de gestión directa por la Junta de Andalucía y las Corporaciones locales orientarán su actividad a la promoción de los valores educativos y culturales andaluces, respetando, en todo caso, los principios de independencia, pluralidad, objetividad, neutralidad informativa y veracidad.
2.-Se garantiza el derecho de acceso a dichos medios de las asociaciones, organizaciones e instituciones representativas de la diversidad política, social y cultural de Andalucía, respetando el pluralismo de la sociedad.”

Y, ¿qué dice nuestro Estatuto de Autonomía sobre nuestra lengua, el andaluz? ¿indica acaso que nuestras presentadoras o presentadores deben tener un acento neutro, más parecido a un depurado ‘Castellano’ que a un normalizado ‘Andalûh’?
“Artículo 213. Reconocimiento y uso de la modalidad lingüística andaluza.
Los medios audiovisuales públicos promoverán el reconocimiento y uso de la modalidad lingüística andaluza, en sus diferentes hablas”.

Sí, sí, habla de ‘nuestra modalidad lingüística’. Lógicamente quienes aprobaron nuestro Estatuto no se atrevían a poner por escrito ‘nuestra lengua’, pero esa es otra historia. El caso es que ni tan siquiera eso se cumple en nuestra Radio Televisión Andaluza.
Quizás este caso sea el más penoso de todos puesto que quien dispone de un medio de comunicación privado, en definitiva, es propietario y puede marcar las pautas en su empresa, gusten a otras personas o no, dentro de las normas legales.
Pero quien emplea un medio público, pagado con el dinero de todas y todos, en beneficio propio, en beneficio partidista, contraviniendo la principal Ley Andaluza que es nuestro Estatuto de Autonomía, y rompiendo la pluralidad y el enriquecimiento que se consigue con la confrontación de ideas y planteamientos, simplemente está incumpliendo la legalidad, eso sí, con los mínimos tintes necesarios para no poder ser llevado a juicio por este motivo.
Finalmente, ya en otro artículo podremos hablar tranquilamente, pero no queremos acabar sin dejar estas reflexiones:

¿Por qué la Autonomía con más habitantes escolarizados y en formación educativa tiene que emplear libros de texto impresos y con línea editorial marcada desde fuera de Andalucía? ¿Cuántas líneas editoriales de libros de texto andaluzas conocéis? ¿cuántas se emplean en los centros educativos andaluces?
Fuentes: Estatuto de Autonomía de Andalucía (Publicación en BOJA, 20 de marzo de 2007)/ Artículo: Iñaki Gabilondo: “El periodismo es una profesión para aquellos a los que le interesa lo que le pasa a la gente”- Diario digital ‘Extradigital’.