Hoy en el 8 de marzo, la mujer se reivindica. En un mundo dominado por el hombre, no hay más que ver los líderes de las principales potencias mundiales, hoy, en pleno año 2024, la mujer tiene la necesidad de seguir reivindicándose, porque aún en los llamados países ‘desarrollados’, las diferencias por cuestión de género se mantienen claramente.
En Andalucía, la política no ha sido capaz ni de ponerse de acuerdo para firmar un manifiesto conjunto. Penoso nuestro Parlamento Andaluz. Algunos expresan que es que existen hoy en día muchos ‘feminismos’ diferentes. Nos acordamos de eso de ‘divide y vencerás’. Palabras vanas para justificar lo injustificable.
La mujer, por encima de ideologías políticas o de otro tipo, es mujer. Y eso debe prevalecer en un día como hoy, donde se reivindica acabar con esa desigualdad promovida por un Mundo machista que aún en nuestro tiempo se mantiene. La organización de nuestras sociedades siguiendo al ‘macho alpha’, al lider másculino, no ha servido para llegar a un mundo sin guerras, sin hambre, sin enfermedades, sin pobreza, sin maldades, sin deshumanidades,…
¿Por qué no abrir definitivamente la puerta a la participación de la mujer en todos los niveles? ¿debe preservar el hombre su posición dominante?
¿Todavía creyendo en que fue la mujer la que dió la manzana al hombre para enemistarlo con su Dios? ¿aún hoy defendiendo la subalternidad de la mujer?
La mujer moderna ya no tiene que demostrar nada. Su capacidad no puede seguir en entredicho. Pero aún hoy, la palabra de la mujer no es considerada al mismo nivel que lo es la del hombre, la mujer no es considerada al mismo nivel que el hombre.
Si miramos hacia atrás, desde aquella brutal represión de la manifestación de mujeres de una fábrica textil en Nueva York en 1875, donde 120 mujeres fueron asesinadas por la represión policial por pedir igualdad salarial con los hombres, se ha ido avanzando, especialmente en ciertos países. Pero, no nos engañemos, la mujer está aún lejos de conseguir esa deseada igualdad. Y viendo la situación actual, el mundo que nos rodea, tal y como está orquestado, ¿la conseguirá algún día?
Es claro que el empuje de las mujeres está consiguiendo, muy poco a poco, avances, pero queda mucho por recorrer aún. La propia mujer debe ser consciente de que caer en esas ‘divisiones’, probablemente interesadas, sólo supone un paso atrás en sus objetivos reivindicativos de igualdad.
Volviendo al caso andaluz, las mujeres políticas andaluzas deberían haber roto la disciplina de partido y haber llegado a una pronunciación conjunta, porque sin unión femenina, será imposible seguir avanzando. Luego ya vendrán las ideas políticas, religiosas, etc que cada una tenga. Pero la mujer no puede permitirse una postura conformista con la subalternidad que le ha sido atribuida por obligación, por imposición. Y aquí en Andalucía lo hemos vivido durante demasiado tiempo y lamentablemente, aún continúa. La mujer andaluza, como el resto de mujeres de otros pueblos, debe seguir exigiendo esa igualdad que se les niega.
Nuestra sociedad sigue enferma de machismo, que en sus casos extremos no deja de ser la expresión de la debilidad mental del propio hombre. En esta sociedad, el papel del hombre moderno también es fundamental. Está en él dejar de imponer una posición predominante, prepotente e impositiva que sin lugar a dudas le favorece en demasiados aspectos. ¿Está el hombre actual dispuesto a renunciar a ese estatus dominante?
A las pruebas nos remitimos. Parece claramente que no. Si bien es verdad que hoy, muchos hombres defienden posturas feministas porque sencillamente no pueden entender las continuas zancadillas que las mujeres reciben por el mero hecho de ser ellas mismas, de ser mujeres.
Aclaremos. No se trata de que la mujer llegue a prosperar y alcanzar determinados puestos por el mero hecho de ser mujer. Estamos hablando de que con igual capacitación para desarrolla esos puestos, la mujer no los alcanza, o si lo hace, sencillamente cobra menos por desarrollar esas funciones.
Estamos hablando de que en muchos países, la mujer sigue siendo la víctima del terror desatado por la violencia desencadenada por el hombre. Sin duda, la mujer debe seguir ascendiendo en la escala social, copando esas posiciones que aún hoy le siguen ‘prohibidas’, y no para ello debe adoptar posturas masculinas para de ese modo, con ese perfil, justificar su elección y su conformidad con el sistema, sino todo lo contrario. Nuestro Mundo necesita que la mujer pase a mover los hilos para aportar un equilibrio diferenciador de nuestra realidad. Nuestro Mundo necesita de la visión femenina, de la manera de hacer de las mujeres.
Sólo desde el concenso mujer-hombre, hombre-mujer, se puede lograr una sociedad más justa, igualitaria y humana. Y no, como decimos, la mujer no debe adecuarse a un Mundo dominado por hombres. La mujer debe cambiar precisamente ese dominio masculino del Mundo, aportando otra vertiente desde su propio ser.
Por eso, simplemente por eso, las mujeres deben estar unidas por este objetivo común. Por eso, simplemente por eso, las mujeres no deben plegarse a divisiones impuestas. Por eso, la mujer no deberían conformarse con reivindicar un 8M, sino que debería hacer extensiva esta reivindicación a cada uno de los días del año, en cada una de las facetas de su vida diaria, en cada detalle.
La mujer moderna debe buscar la igualdad. El hombre moderno debe ceder en esa igualdad. No es buscar la confrontación. Pero tampoco ceder antes posturas arcaicas y retrógradas. Han sido muchas luchas, han sido demasiado esfuerzos,…basta echar un vistazo atrás, un vistazo a cientos de años. Pero,¿en que punto del camino estamos?
8M, hoy la mujer se reivindica. ¡Seguimos en la lucha!
Fuentes: Fotografía de portada -Diario de Cádiz.