Autor: F.José Cansino
Conocí a un catedrático de la Universidad de Sevilla, que me decía que Andalucía debía de abandonar la senda del mensaje basado en “dar pena o lástima”.
En las últimas décadas, hemos pasado de la 4ª Modernidad del Sr.Cháves, a la ‘locomotora económica’ del Sr. Moreno Bonilla y el Sr.Sanz. Casi ná.



Hace un siglo, Blas Infante hablaba de los ‘Dolores de Andalucía’ en referencia a los graves problemas estructurales que afectaban a nuestro Pueblo.
Lógicamente hemos avanzado, porque se han construido infraestructuras, colegios, institutos, universidades, hospitales, centros médicos, se ha mejorado la formación, la asistencia, han florecido empresas autóctonas y cooperativas que han reinvertido sus beneficios y han influido en la mejora de sus zonas de influencia, se han establecido empresas foráneas que han creado puestos de trabajos,…y, sobre todo, se ha desarrollado extraordinariamente un pilar fundamental para Andalucía, como es el turismo. Supongo también que algo habrá tenido que ver los miles de millones que han llegado desde Europa.
Pero, cuando profundizas un poco en los datos, cuando ves los sondeos de opinión de las familias andaluzas, al constatar los problemas en nuestra Sanidad y Educación Públicas, cuando compruebas los increíbles problemas de abastecimiento de agua, el precio de la cesta de la compra, los porcentajes de personas que no pueden consumir toda la variedad de alimentos que debiera porque sencillamente no les llega, el aislamiento digital o simplemente la falta de comunicación e infraestructuras entre territorios, te preguntas, ¿de verdad que hemos dejado atrás esos ‘Dolores de Andalucía’?

¿Y no deberían haber servido esa lluvia de miles de millones de los Fondos Europeos que han entrado en Andalucía para conseguirlo sobradamente? Claro que para ello no se deberían haber devuelto gran parte de esos millones a Europa por falta de uso, como ha ocurrido a lo largo de estas décadas, como ha sucedido con el paquete de millones que podían haber sido destinado a crear escuelas infantiles gratuitas y públicas recientemente.
Entiendo que no hay una varita mágica para arreglar lo que tan desarreglado ha venido estando, pero francamente tenemos un grave problema en la Administración, tanto autonómica como estatal.
Andalucía es la segunda autonomía con más territorio de España (podría volver a ser la primera si finalmente León se independiza de la actual Castilla-León). Un territorio realmente extenso, difícil de articular, pero igualmente rico en recursos naturales y humanos.
Ya hemos pasado por el gobierno de los dos ‘grandes partidos’, PSOE y PP, muy andaluces ellos, más pendientes de lo que pasa en Madrid, en la mayoría de las ocasiones, y de erosionar al contrario político si se encuentra en el Gobierno Central, que de los ‘Dolores de Andalucía’. Han convertido la Autonomía Andaluza en una sucursal de sus partidos con central en Madrid.
Y por supuesto, que no falten las subidas de sueldo y de dietas, porque a los representantes del Pueblo Andaluz les cuesta trabajo llegar a fin de mes…
Pero, claro, la culpa de los problemas que sufrimos en suelo andaluz es siempre de los que gobiernan en Madrid, o de los catalanes, o de los vascos…
Qué hitos de los recogidos en nuestro Estatuto de Autonomía podríamos decir que se han ‘desarrollado’ con plenitud y acierto. ¿Educación? ¿Echamos mano de los informes PISA? ¿Sanidad? ¿Hemos conseguido hacer desaparecer las listas de espera o crecen más y más cada vez? ¿Hablamos de la atención primaria? Aunque parezca mentira, se está consiguiendo con esta gestión la ‘saturación’ de la Sanidad Privada, donde mucha gente acude por pura desesperación. Y todo ello teniendo en cuenta la ‘selectividad’ que los entes privados practican sobre los candidatos, con cribas por edad, enfermedades crónicas, secuelas de accidentes, etc.

Pero los hitos de nuestro Estatuto no sólo se reducen a esos dos pilares, educación y sanidad. ¿Cuáles han logrado desarrollar con éxito PSOE y PP?
No. Cada vez se vislumbra más claramente. El problema de la falta de resolución de los ‘Dolores de Andalucía’ no está de manera protagonista en Madrid, en Cataluña o en el País Vasco… Ese problema global tiene su protagonista fundamental en nuestra propia tierra.
La Clase Política que ha ostentado el Poder desde que se obtuvo la Autonomía se ha mostrado totalmente incapaz, con intención o no, de desarrollar un Poder Político Andaluz que con un peso firme en el global del Estado español, haya crecido no para autoalimentarse a sí mismo, sino para hacer crecer un Autogobierno Andaluz que precisamente hubiera puesto las directrices a seguir para acabar de una vez por todas con esos ‘Dolores de Andalucía’.
Decía Blas Infante que Andalucía nunca sería Europa. Que Andalucía debía ser Andalucía. Y sin duda actualmente vivimos un problema palpable, Andalucía cada vez es menos Andalucía.
La falta de concreción de nuestra Identidad en una herramienta útil para nuestro desarrollo y bienestar las estamos pagando todos, desde nuestra generación de jubilados, hasta las nuevas generaciones que intentan emprender el vuelo.
Las políticas desplegadas por los partidos centralistas se han basado en la atracción de empresas foráneas. ¿Cuántas empresas llegan al año? Esas cuya llegada se vende a bombo y platillo por la creación de cientos de puestos de trabajo que suelen tener su pico en la fase de construcción de la planta o instalaciones, para luego decaer durante su explotación. ¿Qué supone eso frente a las alarmantes cifras de paro que se perpetúan y nos mantienen a la cabeza del paro europeo?

¿Por qué sigue Andalucía sumada en una ausencia de datos que con transparencia muestren realmente los beneficios que producen cada euro invertido por nuestros gobiernos, autonómicos y estatales?
¿Qué cambia de un gobierno a otro cuando ambos partidos, PP y PSOE se muestran antagonistas? ¿Quizás el bolsillo del que se enriquece?
Andalucía sufre las consecuencias de la falta de vocación de su clase política.
Lógicamente hay excepciones. Sólo hay que ver algunas buenas gestiones de ciertas alcaldesas o alcaldes, que con poco, hacen mucho, independientemente de su color político. Pero claro, se mueven en parcelas minúsculas frente a las macropolíticas que sus compañeras y compañeros de partido desarrollan al frente de la Junta de Andalucía o en el Congreso de los Diputados.
¿Soluciones para esto?
Quizás ha llegado el momento de que el Pueblo Andaluz madure políticamente. Que los que se arrimen a la política no sean sólo aquellos que esperan sacar provecho. Aquellas y aquellos que verdaderamente sí tengan vocación de mejorar nuestra sociedad. Eso de dar en vez de recibir.
Muchas y muchos pensaréis que eso no existe.
Puede que la utopía se pasee caprichosamente por este artículo, por estas ideas…Pero si hay Pueblos que prosperan (normalmente aquellos que tienen una fuerte conciencia general de Pueblos), ¿por qué el Pueblo Andaluz no puede encontrar el camino para hacerlo de la misma forma, rompiendo ese absurdo individualismo en el que nos hemos dejado instalar?
Andalucía necesita un Proyecto Político propio y diferente. Lógicamente no puede venir de partidos desgastados por la corrupción y la acción de gobierno y la falta de ideas nuevas como son PSOE o PP.

Ese Proyecto Político debe ser capaz de establecer una directrices claras para acabar de una vez con nuestro posicionamiento en el vagón de cola de Europa.
Debe ilusionar a las personas, que cada vez más se desenganchan de algo tan fundamental para la mejora general como es la política.
SANIDAD

¿Por qué los millones de euros de los impuestos de todos, dineros públicos, que se están desviando actualmente en la sanidad privada no se reinvierten en la Sanidad Pública? Interesa a las andaluzas y andaluces, con las rentas más bajas de Europa, tener que pagar y mantener además una Sanidad Privada.
¿Quién es el valiente que le pone el cascabel al gato y emprende una gran reforma que permita mejorar definitivamente la Sanidad Pública, tanto para sus usuarios como para sus profesionales?
¿Hace falta dinero o buenos gestores? ¿Hace falta más medios o racionalizar los que ya existen? Sin duda lo que no se necesita es desviar fondos a la sanidad privada.

EDUCACIÓN
¿Qué modelo de educación quiere Andalucía? ¿Una educación privada donde el peso de las organizaciones religiosas tiene mucho que decir? ¿O una Educación Pública donde sea la Junta de Andalucía la que diseñe un patrón organizativo de la formación que nuestros jóvenes deben recibir? ¿Andalucía quiere una formación religiosa en su educación o no? ¿Cristiana, musulmana, otras? ¿No se debería perseguir una educación laica, de acuerdo al Estado laico que se pretende ser siendo la religión una formación alternativa y accesible en paralelo a la formación educativa?

¿Por qué la mayoría de los libros de textos que usan los escolares andaluces, en todos los niveles, vienen desde fuera de Andalucía? ¿Es que no tenemos imprentas y editoriales en Andalucía? ¿O es que nos sabemos crear nuestros propios libros de texto? ¿O es que existe un monopolio con las marcas de siempre, centralizadas fuera de Andalucía? ¿Os habéis puesto a indagar quién está detrás de muchas de esas marcas?¿Cuántos físicos, matemáticos, historiadores, escritores, poetas, lingüistas, ingenieros, científicos andaluces participan en esos libros?
Por qué inundar el mercado con tal multitud de universidades privadas. ¿A quién beneficia esto? ¿Acaso el Pueblo Andaluz dispone de altas rentas para contratar los servicios de estas universidades?

MODELO ECONÓMICO
Andalucía se ha tenido que levantar de una explotación feudal que aún hoy mantiene parte de su control de territorio. Andalucía se ha tenido que levantar del mayor escarmiento sufrido tras una cruenta Guerra Civil, y una opresora y cruel dictadura que se ensañó, en suelo andaluz, contra gran parte de su población. Y Andalucía se tuvo que levantar para pedir Autonomía, una Autonomía concedida a regañadientes y no desarrollada por los partidos centralistas que han gobernado en el propio territorio andaluz.
En la actualidad, el turismo se ha concretado como la base fundamental de nuestra economía. Miles de andaluzas y andaluces viven de un sector servicios que ha desbordado a un sector industrial muy inferior, e incluso al sector primario, consolidado principalmente en su vertientes agraria, ganadera y pesquera.

Pero el turismo comienza a tener efectos colaterales: acción incontrolada de fondos de inversión que acaparan las viviendas en las ciudades andaluzas, molestias a los pobladores autóctonos de barrios y pueblos, etc. Y las políticas andaluzas son incapaces de diversificar con claridad las oportunidades para el Pueblo Andaluz, con un mercado laboral que sigue marcado por la temporalidad y la falta de calidad de los empleos que ofrece.
Nuestra juventud lo sabe bien. Tenemos el paro juvenil más alto de Europa.



Siendo los mayores productores de muchos recursos primarios, encontramos como en comparación, el número de empresas o cooperativas transformadoras es muy inferior. El boicot hacia el desarrollo del tejido transformador y manufacturero andaluz es una constante a lo largo de la Historia Andaluza. Hoy en día, parece favorecerse ese desarrollo, pero fundamentalmente se apuesta por la atracción de empresas foráneas, lo que sólo permite el desarrollo de una industria auxiliar andaluza, cuando el verdadero capital está en el desarrollo de una industria principal propia.
La inversión en investigación y desarrollo (I+D) también está muy por debajo de las cifras de Europa.

FINANCIACIÓN.
Con la gestión del PSOE se torpedeó la posibilidad de concretar un Sistema Finaciero Público-Privado Andaluz fuerte.
La compra de Cajasol por Caixabank, tras el fracaso de la que hubiera sido una más que favorable unión de Cajasol con Unicaja para Andalucía, puso incluso todas las gestiones financieras de la Junta en manos del poder financiero catalán.

Sólo Unicaja ha perdurado como empresa andaluza, pese a las fusiones que ha desarrollado, pero lógicamente, se encuentra lejos del poder de organizaciones bancarias como Caixabank, BBVA o Santander.
Respecto a la creación de un banco público, si el PSOE miró para otro lado, digamos que el PP, por su propia razón de ser, no va a crear una entidad financiera andaluza pública enfrentándo a sus colegas privados a una pérdida de mercado considerable.
POBLACIÓN
Muchas son las ciudades y municipios andaluces que están perdiendo población. La falta de oportunidades provoca el desplazamiento de la población hacia lugares más atrayentes. Bien lo saben especialmente Jaén, Almería y zona norte de Sevilla, aunque también zonas tensionadas dentro de las provincias de Cádiz, Córdoba o Granada.

La Población Andaluza envejece a pasos agigantados. ¿Quién pagará nuestras pensiones? ¿Cómo van a tener las familias andaluzas hijos si no pueden costeárselo? Los gatos y los perros son más económicos. Es triste, pero es una tendencia que viene marcada por la realidad de las andaluzas y andaluces, sin un fácil acceso a la vivienda, a un trabajo estable y de calidad, etc.
MEDIOAMBIENTE
Andalucía está sufriendo un proceso devastador en lo que ha medioambiente se refiere motivado por varios factores. Como protagonista, el Cambio Climático sigue alterando nuestro clima y agravando el problema de la sequía que se hace perpetuo.
Si a eso añadimos, el daño provocado por procesos mineros, industrias contaminantes y almacenes de residuos de elevado índice de contaminación, está claro que las políticas andaluzas en materia de medioambiente brilla completamente por su ausencia.



Imágenes de la contaminación en el Guadalquivir, de las balsas de Fosfoyesos radiactivos en Huelva y de la rotura de la balsa de la Mina de Aználcollar.
Un claro ejemplo lo tenemos en el permiso que la Junta de Andalucía ha dado para la reapertura de la Mina de Aznalcóllar, con una solución a los contaminantes, aún almacenados en el recinto de la mina, de película de miedo. Y todo ello haciendo oídos sordos a los catedráticos de nuestra Universidad y a las diferentes organizaciones ecologistas que se oponen frontalmente a nuevos vertidos al río Guadalquivir.
Parece que lo acontecido con ríos como el Tinto o el Odiel, o la catástrofe que supuso la rotura de la balsa en esta misma mina ya se ha olvidado. O quizás simplemente se impone el negocio a la preservación de nuestro medioambiente.
Huelva sabe bien de lo que hablamos. Quizás el mayor vergel del Valle del Guadalquivir, en su confluencia con el Océano Atlantico, cuna de la Civilización Tartésica, ha sido enterrada en fosfoyesos radiactivos, metales pesados, ácidos, etc.
Y la guinda para Andalucía llego de la mano del Cementerio de Residuos Nucleares de El Cabril (Córdoba). Único en España, pero en Andalucía. Ahora se quiere duplicar su capacidad, pero curiosamente, no hay sitio para albergar las balsas de fosfoyesos de las rías onubenses.

COMUNICACIÓN
Tras años de perseguir esos proyectos, desde el Gobierno Central, se acaba de echar un cubo de agua fría sobre las múltiples asociaciones y gobiernos locales que reclamaban la apertura de una puerta para su desarrollo: el tren de Guadix-Baza-Lorca, la nueva conexión central para el Puerto de Algeciras dentro del proyecto del Corredor Mediterráneo (Proyecto prácticamente terminado en los puertos catalanes y valencianos, y que mantiene defenestrado al puerto algecireño, referente mundial), o la alta velocidad para el desarrollo de Huelva.



El aislamiento de Almería se prolongará durante años, conociendo la velocidad con la que las obras se desarrollan en suelo andaluz.
En lo que respecta a la Comunicación Digital, aparte de las islas que tenemos en Andalucía en este sentido, con amplias zonas sin cobertura digital, nuestro Canal Sur es cada vez menos nuestro y más del partido gobernante de turno. Si el PSOE manipuló el canal público llamado a unir a los andaluces, el PP está haciendo lo mismo, tiñendo de monocolor la RTVA.

Podríamos seguir hablando largo y tendido de los ‘Dolores de Andalucía’, porque una vez que se empieza, cuesta terminar. Pero todo se concreta básicamente en lo mismo: la falta de un Plan Director para el Desarrollo conjunto de Andalucía. Un plan que articule ese desarrollo, con un mimo imperativo en el cumplimiento de hitos y plazos a lo largo de las ocho provincias.
Un Plan Director libre del antojo de los políticos de Madrid, que de vez en cuando se dignan a anunciar la concesión de una nueva actividad para Andalucía, como quien da un caramelo, mientras se cierran al mismo tiempo y en paralelo varios puntos neuronales de nuestra economía.
Un Plan Director que contemple mucho más que la atracción de inversión foránea privada que, siendo positiva, no debe convertirse en la única referencia para una Administración Andaluza eficiente que sea capaz por sí misma de crear inversión a través de un recurso fundamental para nuestro crecimiento como puede ser el de las Cooperativas y nuestras Universidades Públicas.
Un Plan Director que en definitiva acabe de una vez con esos Dolores de Andalucía.
Pero para eso, las andaluzas y andaluces deben empezar a cambiar su voto.
